El bocata de calamares con mayonesa en su tinta del Entrepanes Díaz está crujiente, ligero y endiabladamente sabroso. Su hermano “Antxon” (huevo poché sobre chistorra y patatas paja) es un amor: cero aceitoso, nada pesado. El Entrepanes Díaz lleva literalmente un par de días abierto, pero promete convertirse en un pedacito de cielo para los aficionados a los bocatas, a las tapas buenas, y a las cañas bien tiradas. Camareros de toda la vida no paran de sacar bocatas de la cocina de esta especie de taberna agradablemente ambientada en los 50, con un toque entre cañí y gourmet. Una vez hayas pedido el bocadillo de calamares y el Antxon, apunta un bocadillo de kokotxa y otro de cochinillo (dos de los hits de la casa). Un par de cañas más, y acabarás con una sonrisa en la cara para el resto del día. Si los bocadillos son la tendencia ganadora de este 2015, el Entrepanes Díaz es un serio aspirante a la corona bocadillera de la ciudad.