¿Cómo se come que nazca una galería de arte en el Borne especializada en poesía para llevar? Pues se come, porque además de todo lo que os vamos a contar también imprimen obleas poéticas que puedes extraer de una maquinita (como las de las bolas de chicle, para que te hagas una idea). Después, claro, comértelas untándolas en tinta que es, de igual modo, comestible. La idea original de un lugar con tanto detalle de antaño (mapa del mundo, despachos, sellos de caucho oficiales, timbres) es de Jo Graell, que después de un tiempo ha visto cumplido su sueño de abrir esta Expendeduría Poética. En ella las Poetógrafas Performáticas (como se hacen llamar) mezclan poesía y performance / happening trabajando con máquinas de escribir. ¿Cómo funciona? Eliges tres palabras en inglés de entre los cuños del mostrador de palabras, los estampas en tu documento oficial, se lo entregas a la poetógrafa de la mesa nº 1. Entonces ésta iniciará el poema basándose en tus elecciones, una vez termine le pasará el documento a la poetógrafa 2, tú te acercarás a la mesa y verás cómo termina a máquina esta obra de arte, para ti. Original y copia Pelikan. Con documentación oficial y poema original en mano depositarás tu donativo. Fin del proceso. Bueno, no, entre tipear y tipear texto también habrá otras intervenciones poéticas. Asistirás a verdadero arte de/en acción, y, la pieza original será tuya, tú fuiste parte del proceso. “La poesía es un trabajo serio que puede ser muy divertido”, nos dicen. Suscribimos. Vº Bº. Recibido.
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