A pesar de su nombre el Foc i Oli es fruto de una alianza franco-uruguaya. Y como de las mezclas sale lo mejorcito, no era de extrañar que el Foc i Oli no defraudara. Local pequeño pero para qué quieres más. Si eres de barra los metros cuadrados no los echarás en falta y si eres más de “take away”, no problemo: bolsita y adiós ya nos veremos. Porque seguro que volverás. Que no te engañe la palabra “comida rápida” de su descripción de negocio. Su comida te la zamparás rápido pero de buena que está. Todos los productos son de primera calidad, se nota que cuidan el detalle, y las mezclas de sabores en el paladar están muy conseguidas, prueba de que el matrimonio galo y latino funciona. Su carta está hecha a base de los especiales sandwiches -con un pan parecido al brioche- acompañados siempre de patatas asadas buenas a rabiar. ¿La estrella? El chivito (llamado el mejor sandwich del mundo por Anthony Bourdain). Ah, y si te quieres pasar por ahí sin mirar el reloj, tranquilo: porque a todas horas ofrecen algo. Nos recomiendan los desayunos y los afterworks. Con graduación, claro.