Hofmann Bistrot

Passeig de Sant Joan mola, es oficial. Desde hace un tiempo están abriendo allí restaurantes imprescindibles, el último hace apenas unas semanas, el Hofmann Bistrot, confirmando Passeig Sant Joan como la nueva zona caliente gastronómica. El Bistrot sigue la misma fórmula de éxito del Taverna Hofmann: tapas y platitos para compartir de cocina de mercado con toques modernos y presentaciones cuidadísimas. Con la gran ventaja que no tienes que reservar con un par de días de antelación (aún) como pasa en el Taverna. El Bistrot está dividido en dos plantas, a pie de calle hay una barra para desayunos y algunas tapas rápidas. Fácil y económico. Si tienes tiempo, sube al piso de arriba. Allí te espera una comida o cena inigualable. Nos pedimos las croquetas de fricandó y el panaché de verduras con romesco. Exquisito. De segundo, el canelón de pato, amaretto y almendras, y uno de los platos que me más ha llegado al corazón en este último año: las vieiras asadas y gyozas de verduras en jugo de pescado con tamarindo. Excepcional. Un diez para los postres también (cómo no, al tratarse de un Hofmann). El servicio es impecable, como en todos los Hofmann, y el ambiente, elegante pero desenfadado, lo convierte en destino ideal para ir en pareja o amigos. La única pega es que el Bistrot ha ocupado el local de la amada (y difunta) Granja Lido. Pero por lo menos ha quedado en buenas manos. El Bistrot es una joya para los que vivimos por el barrio, porque es uno de esos restaurantes a los que apetece volver y repetir a menudo. Sé de los primeros en descubrirlo, antes que un amigo te proponga una gran comida en Passeig de Sant Joan.

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