Koryo es el Koreano al que sí puedes llevar a tu cita. Elegante, acogedor, pequeñito y auténtico como un pedacito de Korea, el Koryo es una de las recomendaciones habituales para comer bien en la zona alta de Sant Gervasi. Además de jefa de sala, Ahyun se encarga de que te sientas como en casa y que no falle ni el más mínimo detalle del servicio. Vale la pena preguntarle por los platos estrella de la carta. Ahyun se lanzó decidida a recomendarnos la berenjena a la brasa con soja, los dumplings Koreanos, los tallarines de batata o Japchae, y el gran Bibimbap (bol de piedra caliente con arroz, verduras, carne, huevo y miso picante). Realmente bueno, genial para compartir. Me quedé con ganas de probar el Tonkotsu (cerdo rebozado) que se estaba tomando una familia asiática a nuestro lado. No es problema, el Koryo es de los restaurantes a los que vuelves. Le añadimos una tapita de Kimchi casero y algún chupito de Soju, el vino de arroz que hace volver locos a los Koreanos a partir de cierta hora, y comimos como reyes. Si a tu cita no le va mucho la comida Koreana, la carta se divide casi por igual en cocina Japonesa y Koreana. Ah, y no sirven refrescos azucarados industriales, solo bebidas artesanas, que siempre es un punto a favor. Yo soy de los que veo Kimchi en un restaurante y me tiro a de cabeza, pero por fin escoger un Koreano para una cita no va a ser un error irremediable, sino un buen primer paso para una noche romántica.