La Brochette

Con la amplísima oferta gastronómica de la ciudad condal, abrir un nuevo restaurante supone toda una aventura. Pero en la diferencia y en el gusto por el detalle se encuentran los puntos claves para triunfar, y eso lo saben bien en La Brochette. Acaba de abrir sus puertas este coqueto espacio gastronómico en el que la calidad y el cariño están por encima de cualquier moda. Y es que este acogedor bistró nos muestra su carta de presentación como un auténtico asador de pollos, pero claro, no solo de pollos vive el hombre, así que su carta se completa con una exquisita variedad de platos clásicos y otros que juguetean con la gastronomía marroquí.

Planteado como un pequeño oasis junto a la Diagonal, su interior elegante y diáfano puede echar atrás a más de uno que piense que los precios serán altos. Nada más lejos de la realidad: un menú brutal al mediodía por 12,5 euros y una buena diversidad de platillos para tapear a cualquier hora hacen de este refugio el lugar ideal de paladares exigentes. Desde luego, si te gusta el pollo asado tienes que probar su especialidad: el pollo a l’ast marinado con seis especias y acompañado de unas deliciosas patatas fritas caseras. Te aseguramos que no has probado nada igual en tu vida. Muy especial, suculento y sano, aunque haya más de un prejuicioso con esto. Materias primas de calidad y mucho amor -nos consta- en la preparación de cada plato. Increíbles están también sus ensaladas (prueba la de queso de cabra, pera y nueces), sus canelones, sus croquetas de setas, sus patatas cortadas con muchísimo cuidado, o su tierno gratén de calabacín. Y si los postres son tu perdición, agárrate fuerte, porque tienen una selección de postres caseros que harán que no quieras salir de allí jamás. Recuerda esta palabra: cheesecake. Ya nos cuentas tu opinión.

Por cierto, un detalle que nos encantó: la pared principal está decorada con multitud de portadas con fotografías de mujeres heroínas del siglo XX. Échale un vistazo a este merecido homenaje a todas las mujeres luchadoras.