Si al salir de un mexicano no te acuerdas de cómo se llama lo que has comido, es que has comido en un mexicano de verdad. Aquí los nachos son totopos, el picante pica, y las cervezas son chelas (o micheladas si le añades salsa). Nada de burritos ni cosas raras, sus tacos son tan auténticos como los que te tomarías en una furgoneta ambulante del centro del DF. Y a la gente le gusta. Los fines de semana se atreven con chilaquiles, cochinita pibil, o las tortas ahogadas (directo al Top 1 de curas para la Santa Resaca). Platos más tradicionales que se votan en Facebook durante la semana. Un espectáculo. Sin reserva, olvídate de encontrar mesa, esto se llena hasta la bandera. Vivir en la Sagrada Familia por fin empieza a tener sus ventajas.
