Dicen que Barcelona no es romántica. Esa es la excusa que sacamos cada vez que organizamos una primera cita. Para quitarnos presión, acabamos culpando a la ciudad por no ofrecernos restaurantes románticos para una cena especial. Con L’Osteria del Contadino se te van acabando los argumentos. Ellos se encargan de poner la luz tenue, mesitas pequeñas, una bodega excelente de vinos italianos, y un ambiente entre familiar, elegante, íntimo y desenfadado. La cocina no se queda atrás: platos elaborados regionales (sobre todo de Liguria y Cerdeña) con ingredientes de primera. Casi es obligado empezar con la caponata di melanzan y el tomino a la plancha (queso Piamontés envuelto en bacon crujiente). Los pappardelle con solomillo y foie o los gnocchetti sardi al ragú de conejo son de otro planeta. Cada plato es una muestra del hedonismo que sienten los italianos por la comida. La carta va variando según temporada, y cuando empieza la de trufa blanca de Alba casi siempre tienen una buena pieza en la despensa. Piénsatelo dos veces, pero pídete los tagliatelle con mantequilla cubiertos de trufa blanca. Platazo para ocasiones muy muy especiales, pero esas son las noches en los que vale la pena ir a l’Osteria. Cuando quieres que comida y compañía funcionen a la primera. No te podemos asegurar cómo va a terminar la cena, pero si nos haces caso tienes todos los números para empezar con buen pie una noche a recordar.