Con Madre Taberna Moderna, comer un arroz como Dios manda a los pies de la Sagrada Familia es posible. Madre no solo rompe una lanza a favor de las tapas de toda la vida, los guisos y el buen producto, sino que devuelve el cariño por la cocina de barrio a una zona tan inhóspita como la Sagrada Familia. Leo Chechelnitskiy (alma del Babula Bar o el Chamako) sigue rigiendo este bar que ha corrido en su familia durante tres décadas, y se encarga que no falle nada en su renovado espacio (donde no faltan las referencias y tributos a su madre Alexandra). Nuestra comida arrancó con unas ostras de Normandía, una trabajada ensaladilla rusa con langostinos y un carpaccio de vaca vieja con 40 días de maduración. La cosa se puso seria con la panceta ahumada crujiente con su demi-glace, y el falso wellington de croissant con solomillo de ternera. Platos sin fisuras que reivindican que en la cocina del Madre se trabaja con la máxima exigencia. Cerramos el festival con el arroz del Senyoret con gamba roja y el meloso de presa ibérica.
Vinos interesantes, cañas bien tiradas, local con estética cuidada y una clientela mezcla de algún turista afortunado y gente del barrio que repite, convierten esta taberna moderna en una de las mejores opciones de la zona. Sagrada Familia, salvo alguna loable excepción, no es zona de confort para foodies exigentes. Hasta ahora.
