En el corazón de la Barcelona más canalla, contradictoria y cosmopolita nace Manolito, restaurante-bar que abre sus puertas con la voluntad de reinventar el concepto de establecimiento ‘Manolo’, donde igual bajas a desayunar, almorzar o tomar café un martes de diario, que sales a vermutear o cenar con tiempo el fin de semana -se mantiene, como no podía ser de otra manera, el copeo, la buena música y los alegres bailes que son marca de la casa-. Los que amamos la zona y su carácter sabemos que el Raval es más que un punto caliente en constante proceso de cambio, de todo el ‘Chino’ y más concretamente de esa pequeña arteria que bordea los alrededores de Sant Pau y la misma Rambla del Raval, Robadors es exponente máximo de autenticidad. Siempre a medio camino entre el barrio popular marginal y conflictivo y la zona joven, culta y moderna, pansexual y multiétnica. Manolito integra esos condimentos con la voluntad de crecer natural y cercano, accesible a sus vecinos de siempre, pero adaptado al nuevo público que vive o habita ocasionalmente la zona. Para algunos (entre los que me cuento) esta pequeña jungla en la ciudad representa toda una juventud y casi un estilo de vida, un barrio convulso que late y te llama haciendo Búm Búm Búm. Para los que hemos crecido “Ravaleando”, Robadors y alrededores son sinónimo de noche, de cultura no formal, vibrante, bastarda y rica que engancha sin remedio. ¡Ah! los placeres (y riesgos) de la libertad urbana -suspiro-. Nos gusta ir a locales castizos, pero no siempre la calidad es un factor determinante, sino su pureza, su ‘encanto’. Manolito busca encontrar el equilibrio entre los dos mundos ofreciendo variedad, criterio gastronómico y gusto en la oferta. María Ríos, principal socia de ‘La casa de la Pradera’, buque insignia de las noches más modernas, maricas, bolleras, heterogéneas y divertidas de la ciudad, se embarca junto a su socio Krishna Avila en la aventura de alumbrar un multi-local donde la oferta culinaria y la atención al ‘día a día’ van a marcar la diferencia. En una encrucijada cultural fascinante y con el encanto de lo contradictorio, nace un jueves 23 de abril Manolito -bello día para cumplir años-, lleno de ilusión, una legión de amigos ansiosos por estrenarlo y un barrio que antes de abrir ya lo está amando.
Desde aquí te deseamos de corazón
incontables días (y noches) de