Marisquería Balmes

Todos conocemos algún restaurante que, gracias a mantenerse alejado del circuito turístico, resiste inalterado al paso del tiempo. La Marisquería Balmes es uno de esos últimos territorios clásicos que parecen reservados a una clientela muy local. Por su sala pasan familias habituales de Sant Gervasi que saludan a los camareros por su nombre y casi piden sin mirar la carta. Una parroquia fiel que llena el comedor cada mediodía, toda una anomalía en los tiempos que corren. La cocina entrenada durante más de 25 años prepara con consistencia milimétrica platos de pescado y marisco al más alto nivel, entre los que destacan sus frituras y los arroces. Siempre atentos al mejor producto de temporada, en el Balmes te puede encontrar con unos chipirones salteados con perlitas de Santa Pau, en temporada erizos de mar, gulas o guisantes del Maresme, el exuberante bogavante gallego con huevo frito, o un arroz fino con espardeñas de socarrat contundente.

Como en toda buena marisquería, vale la pena echar un ojo a los pescados del día o empezar la comida con una ración de marisco a la plancha. La bodega es extensa y tiende hacia los vinos blancos, y el servicio es atento y cercano, a la vieja escuela. Aunque lleve 25 años siendo una institución de la parte alta de Barcelona, la Marisquería Balmes sigue siendo relativamente desconocida para una gran parte del público. Busca una buena ocasión para redescubrir uno de los mejores arroces de la ciudad.