Sobrio y elegante, pero sin llegar a ser estirado, el Old Fashioned empieza a convertirse en un clásico del barrio de Gràcia. Se trata de un local más bien pequeño, con aires de la antigua escuela (como bien habrán deducido del nombre los más agudos). Y esto no es un decir: ambiente relajado y casual, camareros con tirantes y altavoces despidiendo suave jazz, charleston y swing. Allí puedes sentarte y disfrutar de una amplia carta de cócteles, desde su famoso bloody mary hasta el incombustible gintonic, aderezado con todo lo que puedas imaginar. El precio, además, no dista mucho del que ofrece cualquier otro bar de la zona. Y teniendo en cuenta la calidad del producto, la elección cae por su propio peso. Así que la próxima vez que quieras disfrutar de unos copazos con el estilo u la clase de la antigua usanza, ya sabes dónde acudir.