Puede que en otros sitios les salga mejor el arroz. Probablemente no consigas mucho éxito si vas allí en una primera cita. Pero el Paco Alcalde es de los pocos restaurantes de la Barceloneta donde volvería cada fin de semana a comer su paella. Los camareros te saludan cómo si les sonara tu cara, solo sentarte te dan una tapita, y te preguntan cómo va el día. Nada del otro mundo, simplemente te tratan como si fueras de la familia. Servicio con ganas, y de la vieja escuela, que se está extinguiendo en Barcelona. El comedor es un salón con aires a película de Almodóvar, que ha sabido preservar el ADN de la Barceloneta de hace 30 años. Y en una ciudad en la que todos los interioristas se pelean por parecer iguales, se agradecen estos últimos oasis de autenticidad. Pecera con langostas, motivos marineros, y fotos de todos los futbolistas del Barça desde los 90’s hasta Guardiola entrenador. ¿Cómo puede ser que un tío que cobra 10 millones al año quiera comer la paella de 17 euros del Paco Alcalde? Creo que la respuesta la tendrás que ir a descubrir por ti mismo. Los fines de semana de verano, cuando es imposible conseguir una mesa en toda la Barceloneta, el Paco Alcalde acostumbra a tener una última mesita libre, como si te estuvieran esperando. Porque en el fondo, no hay nada que dé más confort un domingo al mediodía que una buena paella en un lugar sin pretensiones.