Amantes de la buena pizza, estáis de enhorabuena. Para muchos de nosotros, la cuatro quesos con salvia del Parking Pizza va a marcar un antes y un después. Pecorino, gorgonzola, taleggio, mozzarella y mucha salvia fresca. Pura belleza. Nada de innovación ni cosas raras, solo sentido común, sencillez y gran producto. Eso es lo que tienen las pizzas de Parking: una muy buena masa artesana, hecha al horno de leña y con mucho ingrediente gourmet por encima. En el menú solo hay 4 entrantes, 3 ensaladas y 8 pizzas, pero créeme, te costará decidir. Échale un ojo a la de tomates asados con tomillo y pesto, la de sobrasada picante, la de fontina y butifarra, o una de speck con tacos de scamorza ahumada que quita el sentido (sin olvidar la de queso y salvia). Para acompañar, la stracciatella (el corazón de la burrata) con pesto y la tapa de bresaola son un must. Todos los entrantes llegan con focaccia de romero recién salida del horno. Una delicia. Como en toda buena comida, siempre tienes que dejar un hueco para el postre. El helado casero de pistacho y el de avellana (hecho artesanalmente a diario) son difícilmente superables. El pequeño Parking Pizza es acogedor, entre nórdico y industrial. Podría estar perfectamente en Brooklyn o Berlín, pero acaba de abrir en la calle Londres para dar caña a todos los que echábamos de menos un buen sitio de pizzas gourmet. Mi mujer es italiana, así que no me la juego con la pizza. En el Parking Pizza comimos felices.
