Sato te mira de reojo detrás de la nueva barra de sushi del excepcional Sato i Tanaka. Sabe que con cada nigiri que prepara (uno a uno) genera una reacción cercana al placer en sus comensales. Esta nueva taberna japonesa sirve sushi según la liturgia japonesa: sin cuenquito de soja, directamente de la mano del sushiman a tu plato, y de allí con la mano a la boca (nada de palillos). El local es pequeñito, poco más que 2 barras (en una está Sato en la otra Tanaka), pensado para que no haya ninguna distracción entre cada pieza de sushi y tu mente. Y puedo asegurar que el tiempo vuela. El sashimi va desapareciendo frente a ti: el de navaja, toro, anguila o erizo de mar son una exageración de buenos. La tempura de verduras, la brocheta de ventresca o la sopa de miso con cabeza de gamba y setas no se quedan atrás. Al mediodía hay menú degustación de 29€ que puede ponerte en órbita. Sato i Tanaka es la tercera aventura del equipo del Can Kenji (junto al Aiueno), y al igual que sus anteriores restaurantes, marca el listón a prueba de geeks exigentes de la cocina auténtica japonesa en Barcelona.