Scotch Corner

En Barcelona los bares pretenden demasiado. Pretenden ser modernos sin serlo, erigirse como lo último aunque desenfadadamente, ser tantas cosas contradictorias que son de todo menos auténticos. Scotch Corner es justo lo contrario. Una coctelería con 39 años de experiencia y que lleva 39 años siendo coherente y fiel, a sí misma y a su clientela incondicional. Es decir, un bar de copas y basta, que es más que suficiente. Las cortinas que lo separan del exterior ayudan a crear un ambiente acogedor, mezcla de speakeasy y el salón de tu tío abuelo, decorado con sillones verde antiguo, cuadros con motivos de caza y amenizado con rock de los 50. Una combinación que consigue que, aun esperando la primera copa, nos sintamos transportados a otra época, más relajada y tranquila. Pero lo más excepcional de todo es su dueño, que hace recomendaciones personalizadas y para todos los gustos. El mejor barman de Barcelona, Jaime, solo es famoso entre un grupo reducido y es exclusivo por su sabiduría, no por su precio. Un auténtico maestro que logró hacer un gin-tonic que me encantara a mí, que los odio, y sin virguerías: solo buena ginebra, buena tónica y un toque de limón. Un soplo de aire fresco que viene de un pasado que, en comparación con el postureo actual, se siente muy moderno.