Cuando me llevaron a SOPA para comer pensé, ¿un restaurante vegetariano? ¿En serio? Sí, soy uno de esos carnívoros redomados que se muestran escépticos ante un plato 100% vegano por aquello de “me voy a quedar con hambre y voy a pagar un dineral”. Sin embargo, el restaurante SOPA logró hacerme ver lo equivocado que estaba: menús que van desde lo más ligero hasta la pura contundencia (yo me pasé de listo y no logré acabarme el plato) y todo por unos precios muy ajustados. Y, bueno, no hace falta ni decir que se trata de comida sanísima.
La sopa es el plato estrella, como ya habrán deducido los más espabilados, y la puedes complementar con cereales que van cambiando según la oferta y la temporada: arroz, cuscús, quinoa, espelta, etc. También hay opción de tomar bocadillos, tartas de verduras y dulces, y todo está también para llevar (aunque merece la pena disfrutarlo allí: el sitio tiene encanto). Se trata, sin duda, de un must para todo vegetariano que se tercie, y también de un lugar a tener en cuenta para cualquier persona que sepa apreciar la buena dieta sin renunciar al sabor.