Creo que no sorprenderé a nadie confesando que, cuando se trata de café, soy un poco esnob. Si el café me gusta, me encanta, pero si no está a la altura de mis estándares, no puedo con él. Por suerte, en los últimos meses han proliferado en Barcelona, y concretamente en Gràcia, unos cuantos locales que me ayudan en mi búsqueda de un buen flat white sin tener que recorrer kilómetros. Mi favorito es Syra Coffee, inaugurado el pasado octubre. Su concepto es sencillo: cafés de especialidad, tés (el Matcha Latte es espectacular) y pastas deliciosas para llevar. Y punto. La verdad es que no necesitan nada más. Sé nota que el café está hecho por baristas expertos y proviene de Onna Café, una de las celebradas nuevas incorporaciones de la zona. Las pastas, desde carrot cakes hasta baklavas, han sido readaptadas para que te las puedas comer por el camino con comodidad. Para acabar de redondear la experiencia, mientras esperas puedes ojear revistas que no encontrarías en la consulta del dentista, como Monocle y Openhouse. Todo apunta a que, si algún día deciden ampliar su local y poner algunas mesitas, me van a tener a mí y a unos cuantos adeptos más fichando cada tarde. Además, tienen una tarjeta de fidelización con la que el décimo café sale gratis. Como si hiciera falta otra razón para volver.
//Todas las fotos excepto la siguiente (cuya autoría es de Andreu, del blog In and Out Barcelona) por Irene de Mas.