Cómo nos gusta volver a los clásicos. Tragaluz tiene todos los puntos fuertes para ser uno de los restaurantes más elegantes y queridos del centro de la ciudad. Ubicado en el Passatge de la Concepció, encontrarás el Tragaluz subiendo las escaleras que hay justo con la que también es la entrada de El Japonés.
Un local amplio y de cocina abierta, con un interiorismo exquisito, que adquiere un tono romántico por la noche, y muy luminoso y fresco al mediodía, ya que, haciendo honor a su nombre, cuenta con unos grandes ventanales en el techo a modo de tragaluz por los que entra mucha claridad.
Su carta, extensa y cuidada, se basa en productos de temporada y combina platos de lo mejorcito de la cocina mediterránea, sobre todo de la catalana y la italiana. Echando un vistazo a su carta, nos dejamos recomendar y nos deleitamos con skordalia con pan a la brasa, una suerte de hummus con origen en Grecia que combina ajo con una base de puré de patatas, nueces, almendras y aceite. Realmente delicioso. El carpaccio de ternera con boniato, castañas y parmesano es otro acierto. Pasando a las pastas, puedes probar los pappardelle al ragout de rabo de toro, un clásico de la casa. O deleitarte con uno de sus platos principales, como el rodaballo con col a la brasa, o el suculento solomillo alla Rossinni. Encontrarás diferentes vinos ya comunes en su carta para maridar y disfrutar de la experiencia completa. Y si has conseguido dejar hueco para el postre, refréscate el paladar con su tiramisú o con sopa de cítricos y sorbete de piña y jengibre.
Abierto desde 1991, Tragaluz sigue sorprendiendo a día de hoy. Reserva para celebrar esa cena especial con la que llevas tiempo soñando.