Ultramarinos

Uno ya tenía ganas de poder volver a comer en Las Ramblas. En serio, algo que durante años era impensable o pura vergüenza ajena, ha cambiado desde este septiembre con la llegada del Ultramarinos. Un restaurante con una oferta de comida canalla y actual, con una carta Mediterránea fácil, para poner de acuerdo a todo el mundo, en el que apetece volver a quedar en Las Ramblas. Solo entrar tienes una barra más informal para todo el tema tapeo y cañerío. Pero lo bueno empieza cuando llegas a la gran sala del fondo. Un espectáculo de interiorismo del que tardas unos minutos (y un par de fotos en Instagram) en sobreponerte. Murales gigantes de colores vivos, palmeras, una bola enorme de discoteca, todo muy canalla/formal, muy Lázaro-Rosa Violán, pero que te prepara para la comida. Ojo con algunas de las especialidades: calamar nacional de playa con mojo de kimchi, huevo estrellado de Calaf con gulas, o las rabas de pollo con mayonesa de cúrcuma. No se escapan las hamburguesas de carne Angus, las tapas andaluzas con un giro actual, o los arroces hechos al momento y con cariño. Una carta muy ecléctica, muy barcelonesa, comida para hacerte sentir feliz, como la llaman ellos. Oh, ¿eres de esos “raritos” a los que les gusta la buena música en la comida? El Ultramarinos tienen una selección musical muy respetable a un volumen escuchable. Por la noche la barra y los cócteles de autor cogen protagonismo, y en breve puede que te encuentres con música en directo o con algún dj. Lo dicho, solo por haber llegado con la intención de devolverle algo de cariño a Las Ramblas, el Ultramarinos ya se merece una visita de curiosidad. Prueba un par de tapas y decide. Creo que no seré el único en volver a pisar a gusto una barra de Las Ramblas.

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