Eric Fuentes es un superviviente. Durante años, fue el cantante de mi grupo favorito. Eran The Unfinished Sympathy y especialmente con un disco, “Rock For Food”, me cambiaron la vida. Pero esto no es sobre mí sino sobre Eric, del que podríamos decir que ya es un veterano del rock de esta ciudad. Después de publicar cinco discos con The Unfinished Sympathy, y tras llegar a un punto en el que él era el único miembro fundador que quedaba, decidió que había llegado la hora de aparcar su gran proyecto y de empezar otro: el de la carrera en solitario. Así nació “Eric Fuentes & El Mal”, que al fin y al cabo no era más que otro disco de los Unfinished pero firmado por Fuentes. Y no estaba mal, pero con “Cooper & Gold” es realmente otra cosa. Es realmente Eric Fuentes en solitario, escudado por un par de músicos pero eminentemente acústico, con alma crooner y corazón hardcoreta. Canciones que te desmontan y te erizan el vello, y que solo un superviviente como Eric Fuentes es capaz de hacer.