Larva, by Julián Ríos
Una fiesta de las proporciones más hedonistas de la historia. Sexo, drogas, comida, peleas, títeres, todo sucede de la manera más loca, y todo está contado a través de toneladas y millones de juegos de palabras. Ejemplar y necesaria esta nueva edición de un libro inolvidable y perturbador, controvertido y ambicioso. Una sorprendente reevaluación del mito de Don Juan. Larva es un relato divertido de una fiesta de disfraces en una mansión abandonada en Londres. Milalias (disfrazada de Don Juan) busca a Babelle (como la Bella Durmiente) a través de una tormenta lingüística de juegos de palabras que recuerdan al Finnegans Wake de Joyce. Un grupo de juerguistas trastornados que se hacen pasar por una loca letanía de figuras literarias, reales y ficticias, y cada uno de ellos ebrio de un exceso de juegos de palabras. El lenguaje alusivo de Ríos muestra que las palabras también usan máscaras, lo que oculta una asombrosa variedad de significados e implicaciones adicionales. El flujo narrativo convencional se ve obstaculizado por una página izquierda de notas al pie frente a cada página derecha de la historia propiamente dicha. Necesitarás dos marcadores porque muchas de estas notas al pie conducen a una sección de notas al final que explican muchas de las conquistas sexuales de Milalias y Babelle. Atraerá a los lectores que juegan perfectamente con la noción de cambiar la comprensión por el éxtasis verbal.
Larva es para esos momentos en los que estás tan agotado mental y emocionalmente que no tienes energía para realizar esas cosas, como la construcción de personajes y tramas. Te permitirá descansar y relajarte sobre la brillante superficie de palabras y frases sueltas, de una sola oración, sobre una serie de aliteraciones y travesuras de… Para ser honesto, no puedes leer este libro una sola vez. Tiene tantas capas y significados ocultos que la primera lectura es casi superficial. Es una novela ebria, un ataque brutal a las convenciones de la lectura, un festín para los fanáticos del doble sentido. El hecho de que este libro haya sido traducido tan deslumbrantemente bien es una maravilla. La gente debería apreciar más a los traductores. Simplemente sublime.
